viernes, 6 de noviembre de 2009

Una carta amarilla

Me encuentro frente al papel, de amarillenta coloracion, que obedece a su vejez, en este papel que aun en blanco carga tantos años en sus fibras, propio de tiempos que se han ido, y no volveran, en el que escribire unas ultimas letras para ti, en honor a tantos y tantos recuerdos perdidos que ahora yacen en lo mas profundo de una memoria que se consume a si misma para dar lugar a las cosas nuevas.

Tomando la negra pluma entre mis dedos, me dispongo a tejer en mi cabeza todas aquellas palabras que deseo dejar plasmadas en este lienzo, y que aun no han logrado tomar una forma concreta, lista en silencio para dejar ir tantas y tantas cosas, y sin embargo las ideas se quedan atoradas en mi garganta, incapaces de alcanzar mi mano para ser escritas. Cierro entonces mis ojos como tratando de recuperar el dominio sobre mi misma, intentando en vano de conseguir la serenidad suficiente que es tan necesaria al escribir los sentimientos, tan dificiles como son de describir en palabras. Es tan dificil...

Empiezo a escribir la primera linea, con mas seguridad de la que esperaba y me detengo pronto. No he logrado articular ni siquiera una frase completa, pero ya he dado el paso mas importante, he logrado comenzar y aun falta lo mas complicado, lo que nunca fui capaz de lograr... quizas es una de las razones... no lo se, podrian ser tantas cosas. Ahora es cuando sujeto con fuerza esta pluma que amenaza con partirse en mi mano por la desesperada fuerza con la que mi puño la aprisiona. Tengo que lograrlo, debo ser capaz, por una vez, en esta ultima oportunidad, si tan solo por esta unica y realmente unica vez que verdaderamente importa, fuera capaz de acabar algo que empiezo... por ti...

Nuevamente la pluma se mueve apenas un segundo para luego posarse lastimeramente en la madera oscura de la cual esta hecho este viejo escritorio, que probablemente provenga de la misma epoca que este papel. Empiezo a sentir esos desesperantes escalofrios adueñarse de mi, perdiendo cada vez mas la calma, abrazandome fuerte a mi misma mientras siento como se me escapa todo de las manos sin poderlo evitar, temblando, tratando de contener mis ojos... tengo miedo...

Vuelvo a sostener la pluma con firmeza, como aferrandome a esta ultima tarea propuesta, la que me he dispuesto a concretar a como de lugar, de algun modo podre lograrlo, porque estos recuerdos, estos recuerdos merecen el mayor esfuerzo que mi ser pueda dar, aun ahora... mas bien, ahora mas que nunca... pero yo...

Casi parece que no acabare nunca, que no podre hacerlo a tiempo, tan solo unas 2 o tres silabas son escritas cada vez que logro mantener la compostura. Y sin embargo algo en mi interior me dice que crea en nuestros recuerdos sin importar cuan lejos esten ahora de mi, aun hay algo que me impulsa a escribir lo que he sentido mas alla de lo que he olvidado, algo mas fuerte que tu, que yo, que este demonio que me consume... puedo lograrlo...

Y cuando ya empiezo a sentir esa sombra cubrirme casi por completo empiezo a escribir una ultimas letras con desenfreno, con desesperacion, mas rapido de lo que jamas lo he hecho en mi vida, corriendo contra el tiempo que se me agota y que muy pronto se extinguira para mi, marco el punto final bruscamente, a sabiendas de que estas letras no son lo unico que ha de concluir con el. Una debil lagrima recorre mi rostro... todo queda en blanco...

Hoy he despertado en un cuarto blanco, lleno de luz, con ventanas grandes por las que entra el calido resplandor del sol. Un hombre canoso, reducido por los años, con un rostro palido y algo melancolico ha abierto mi puerta y ha ocupado la silla que esta al lado de mi cama. Le he mirado tratando de reconocer alguna de esas arrugas que surcan su faz, sin embargo ha sido imposible... no le conozco... El ha tratado de tomar mi mano y se ha encontrado con algo... Ahora que lo veo, estoy sosteniendo un papel amarillento, totalmente arrugado como el rostro del visitante... debo haberlo estrujado en mi palido puño...

Se ha llevado las manos al rostro, levantandose y apresurandose a la ventana, con el papel aun en sus manos luego de leerlo... creo que esta llorando... le escucho a pesar de que intenta ocultarse de mi. De pronto escucho su voz, como declamando un viejo poema olvidado... y siento algo en mi corazon al escuchar sus palabras...

Es tan dificil... por ti... tengo miedo... pero yo... puedo lograrlo... te lo ruego... guarda todos nuestros recuerdos, nuestras vidas... te amo.

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